Si quieres sanar a tu niño interior, no te pierdas nuestro post dónde te explicamos cómo hacerlo y los beneficios que te aporta.
Ponernos en contacto con nuestra niña interior, recuperarla y nutrirla de amor y respeto es SANADOR para nuestras heridas emocionales, a partir de ese momento podemos hacer una transformación enorme.
Sanando el niño interior tendrás una vida más plena
Nuestra niña interior, la pequeña que alguna vez fuimos, todavía vive en nosotras, contiene los patrones emocionales tanto positivos como negativos que hemos creado en nuestra infancia.
Esa niña necesita ser vista, cuidada y escuchada.
Carga con las heridas y traumas pasados, de hecho, nos damos cuenta que sigue viviendo en nuestro interior porque esos patrones, esas emociones se presentan en nuestra vida adulta. Nos recuerdan que tenemos algo pendiente que sanar.
A menudo nos cuesta darnos cuenta de la conexión que tienen las vivencias que tenemos de adultos con las que hemos vivido en la infancia, sólo tienes que parar a observarte, puede ser el sentimiento de abandono, de no ser suficiente, las comparaciones…
¿Por qué debes cuidarla?
Para que seas una mujer con una buena salud emocional
Para que puedas vivir con mayor libertad
Empoderarte en tu vida es esencial que empieces a cuidar a tu niña interior.
3 claves para lograr sanar tu niña interior
1- Ten a tu niña presente, dedícale un espacio
Tu niña necesita poder confiar en ti para que pueda salir y aflorar todo lo que emerge en ella. Para ello debes dedicarle cada día un tiempo a tu niña , no hace falta que sea mucho, solo tienes que conectar contigo, con tu infancia, con esa niña que fuiste.
Puedes por ejemplo, hacer una meditación con visualización donde veas a tu niña y decirle “ahora te veo, te voy a cuidar a proteger y mimar.”
Puedes buscar una foto tuya de pequeña y colocarla en algún lugar donde la tengas que ver cada día. Puedes regalarte comer un helado y disfrutarlo, apuntarte a bailar o algún hobby que te guste, rías y disfrutes, dar un paseo soleado…y… ¡dedícaselo a tu niña!
Acompaña y cuidala como la adulta que eres ahora.
2- Expresa y libera las emociones de tu niña interior
Es sanador dar un espacio para poder expresar y dejar ir todas las emociones que siente tu niña interior como tristeza, rabia, abuso, soledad…. Puedes escribir sobre cómo te has sentido y compartirlo con alguna amiga o realizar un acompañamiento terapéutico para que te ayuden durante el proceso.
Puede que en ese momento te venga el culpabilizar a tus padres. No caigas en ello, eso no te va a solucionar nada, tus padres también llevan a su niño herido y lo han hecho lo mejor que han sabido y podido.
Es hora de responsabilizarte de tu felicidad, tomar conciencia de tus heridas y ver qué haces con eso.
3- Comprométete contigo y con tu niño interior
Se un compromiso de ti misma contigo misma.
Ahora ya eres adulta y no puedes cambiar las experiencias vividas o las cosas que te han herido pero puedes ver en ellas el trabajo interior y la fuerza que te han dado.
¡Recuerda!
– La actitud que tomes ante la vida depende de ti
Comprométete como adulta a cuidar de ti y de tu niña ¿Cómo? Respetándote, dándote momentos en los que disfrutes, cuidando de ti en la salud y diferentes espacios, permítete ser tú misma y aprende a poner límites de forma sana, no renuncies a tus sueños…
– Cuando nuestra niña interior sana, nosotras sanamos
Si crees que te podemos acompañar en este proceso, sanando el niño interior, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y te informaremos sin compromiso.
El cambio es una puerta que solo puede abrirse desde dentro, ¿te apuntas?